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viernes, 8 de noviembre de 2013

Imagina un lienzo sin color, totalmente en blanco, hasta que llega alguien y empieza a pintarlo. Mejor dicho a mancharlo. Al final el lienzo queda cubierto por una mancha negra imborrable.
Ni si quiera entendí porque tuviste que ser tu el que pintó mi cuadro, el que destrozaste. Ya no hay arreglo ¿sabes? No se puede borrar lo imborrable como si tuvieras una goma de borrar, al igual que tampoco se puede borrar un recuerdo de la memoria. Siempre soy la que se olvida de la realidad y vive en un sueño, que a veces nos tomamos la vida demasiado en serio, tan en serio que a veces nos provoca ver algo que no es irreal, y ahí solamente es culpable de haber creído algo que jamás a existido.

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