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lunes, 13 de julio de 2015

Sueños rotos

Tienes ganas de estudiar algo que te apetece, te gustaría, se lo comentas a tu madre según porque tienes confianza, y lo único que te suelta es el sermón del año.
- Tu no vas a estudiar.
+ ¿Por qué?
- Por qué no me da la real gana.
+ Pero es mi sueño.
- Me da igual lo que sea para ti, si te dicho que no vas a estudiar, es que, ¡NO!
+ No me grites.
- ¡No te estoy gritando, es mi manera de hablar! Y que te quede claro si quieres estudiar, trabaja, sácate el mierda coche, y cuando lo tengas podrás estudiar, de mientras nada! ¡No sirves para nada!
Más desilusionada. Esas palabras rebotaban en mi mente cada mañana al despertarme, era como el ayer. Como si aún me lo estuviera diciendo. Me duele. Me cansa, me canso. Me decepciono. Va a llegar el día y no voy a tener nada. Mis sueños rotos. Mis metas inalcanzables.
Todo por culpa de mi madre. Que consigue así ser " su esclava de casa", ¿no tener mis propios sueños, mis propios estudios? Enserio no lo entiendo.
Cada día me repite lo mismo ¡No soy nada! ¡No voy a conseguir nada! ¡No sirves para nada!
¿Dónde está el apoyo y el cariño de una madre buena, cariñosa, que se preocupa por su hija? ¿Dónde está? Yo la quiero.
No quiero una madre que me martirice cada segundo que pasa. Vivo en un infierno donde sólo hay cuatro paredes,  donde se vive en la ignorancia, los gritos y los insultos. Donde todo me destroza, dónde quiero huir pero no sé dónde, pero que sea bien lejos.
No quiero sentirla como me reprocha las cosas en cara, en como si fuera mala hija para ella, en como me ignora; en como me amenaza.
Escribo esto con los ojos llorosos, y no poder más; por tener el corazón, la vida y todo destrozado.