Esa lágrima de cristal que caia como el diamante, que brillaba en la oscuridad te iluminaba el camino hacia las estrellas, para verte a ti desde arriba de mi ventana y pensar que estaré en tu corazón.
Mirame cada mañana,
Piensame, nunca olvides el regalo que te di, nunca dejará de brillar.
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